Carnes

Deliciosa lasaña casera: receta tradicional paso a paso

¿Buscas una deliciosa y tradicional receta casera de lasaña para hacerla desde cero? ¡No busques más! En este artículo, te daremos una guía paso a paso para hacer una sabrosa lasaña como la que hacía la nonna. Desde la salsa de carne hasta la bechamel, lo tenemos todo cubierto.

Ingredientes

Para lasaña de carne clásica, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 500 g de carne picada o ternera
  • 1 cebolla, finamente picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 2 ramas de apio, finamente picadas
  • 2 zanahorias, peladas y ralladas
  • 800 g de tomates triturados en conserva o passata
  • 250 ml de caldo de carne o verduras
  • 250 ml de vino tinto
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Saly pimienta negra recién molida, al gusto
  • 1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez de los tomates)
  • 1/2 cucharadita de orégano seco
  • 1/2 cucharadita de albahaca seca
  • 500 g de placas de lasaña
  • 1/2 litro de salsa bechamel
  • 500 g de queso mozzarella o manchego rallado
  • 2 cucharadas de queso parmesano rallado (opcional, para darle un sabor extra a queso)

Salsa de carne

Empecemos con la rica y sabrosa salsa de carne, un componente clave de la receta tradicional de lasaña. En una sartén grande u olla, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada finamente, el ajo picado, el apio picado y la zanahoria rallada. Sofría las verduras hasta que estén blandas y la cebolla traslúcida, lo que suele llevar unos 5-7 minutos. Esta aromática combinación de verduras se conoce en la cocina italiana como «soffritto» y forma la base de sabor para la salsa de carne.

Una vez tiernas las verduras, añada la carne picada a la sartén. Use una cuchara de madera o espátula para desmenuzar la carne y cocerla hasta que esté dorada y deje de estar rosada. Este proceso suele tardar unos 10 minutos, y es importante remover la carne y deshacer los grumos para que la salsa de carne quede uniformemente cocida y con la textura adecuada.

A continuación, añade el tomate triturado (o la passata), el caldo de carne o verduras y el vino tinto a la sartén. La combinación de estos ingredientes líquidos crea una base deliciosa y robusta para la salsa de carne. Sazona la salsa con sal, pimienta negra recién molida, orégano seco y albahaca seca. Si prefieres una salsa un poco más dulce, puedes añadir una cucharada de azúcar para equilibrar la acidez de los tomates.

Salsa Bechamel

El siguiente elemento crucial de nuestra receta de lasaña tradicional es la deliciosa salsa bechamel.

Ahora es el momento de añadir a la sartén los tomates triturados (o la passata), el caldo de ternera o de verduras y el vino tinto. La combinación de estos ingredientes líquidos crea una base deliciosa y robusta para la salsa de carne. Sazona la salsa con sal, pimienta negra recién molida, orégano seco y albahaca seca. Si prefieres una salsa un poco más dulce, puedes añadir una cucharada de azúcar para equilibrar la acidez de los tomates. Lleva la salsa a ebullición suave y déjala cocer durante al menos 1 hora, removiendo de vez en cuando, para que se mezclen los sabores y la salsa espese hasta obtener la consistencia deseada.

Salsa bechamel

El siguiente elemento crucial de nuestra receta tradicional de lasaña es la deliciosa salsa bechamel.

  • 50 g de mantequilla sin sal
  • 50 g de harina de repostería
  • 500 ml de leche, caliente
  • Una pizca de nuez moscada o un poco de nuez moscada recién rallada (opcional pero muy recomendable para dar una nota cálida y aromática)
  • Sal y pimienta blanca, al gusto
  • En una cacerola mediana, derrite la mantequilla a fuego lento o medio. Una vez derretida y burbujeante, añade la harina de trigo. Usa una batidora de varillas para mezclar la harina y la mantequilla, y cocina la mezcla, sin dejar de remover, durante unos 2 minutos hasta formar un roux suave y de color oro pálido. Es importante cocinar el roux para eliminar el sabor crudo de la harina y garantizar que la salsa resultante no tenga sabor a almidón.

    Vierte gradualmente la leche tibia en la cacerola con el roux, batiendo constantemente para crear una salsa suave y sin grumos. Continúa cociendo la salsa, sin dejar de remover, hasta que se espese y cubra el dorso de una cuchara. Este proceso suele tardar unos 10-15 minutos. A medida que la bechamel hierva a fuego lento y espese, sazónala con una pizca de nuez moscada, sal y pimienta blanca, para dar profundidad de sabor y una sutil calidez a la salsa. Cuando la bechamel alcance la consistencia deseada, retírala del fuego y resérvala hasta que estés listo para montar la lasaña.

    Ensamblar la lasaña

    Ahora que tienes preparados los componentes esenciales de la lasaña, es hora de ensamblar este emblemático plato italiano.

    1. Ingredientes de la lasaña

    2. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Es importante que el horno esté a la temperatura adecuada para que la lasaña se cueza uniformemente y la capa superior quede dorada y burbujeante.
    3. Extiende una capa fina de salsa de carne en el fondo de una fuente grande para horno. Así se crea una sabrosa base y se evita que la lasaña se pegue a la fuente.
    4. Coloca una sola capa de placas de lasaña sobre la salsa de carne. Las placas de pasta ligeramente superpuestas crean una base sólida para las capas de salsa y queso.
    5. Cuchara una capa de salsa de carne sobre las placas de lasaña, extendiéndola uniformemente hasta los bordes. La salsa de carne proporciona un relleno sabroso y robusto a la lasaña.
    6. Riega una capa de salsa bechamel sobre la salsa de carne. La cremosa bechamel añade una textura aterciopelada y un sabor rico y aterciopelado a la lasaña.
    7. Esparce una generosa cantidad de queso mozzarella o manchego rallado sobre la salsa bechamel. El queso forma una corteza deliciosa, derretida y dorada a medida que se hornea la lasaña, y añade una nota sabrosa maravillosa a cada bocado.
    8. Añade otra capa de placas de lasaña y repite las capas de salsa de carne, salsa bechamel y queso rallado. Continúa este proceso para crear varias capas, asegurándote de que la capa superior esté cubierta de queso.

    Gratificando la lasaña

    Después de montar la lasaña, cubre la fuente para el horno con papel de aluminio y métela en el horno precalentado. Deja que la lasaña se hornee durante unos 25-30 minutos, o hasta que las placas de pasta estén tiernas al pincharlas con un tenedor. Cuando la pasta esté cocida, retira el papel de aluminio y vuelve a meter la lasaña en el horno para que se ase durante otros 10-15 minutos, o hasta que el queso esté burbujeante y dorado por encima. Esta última fase de horneado al descubierto garantiza un gratinado finalmente con una deliciosa cobertura de queso, irresistible y burbujeante.

    Dejar que la lasaña repose antes de servirla

    Una vez que la lasaña esté perfectamente horneada y gloriosamente burbujeante, es esencial dejarla reposar durante unos 10-15 minutos antes de cortarla y servirla. Este período de reposo permite que las capas de la lasaña se asienten, facilitando las porciones y el servicio. También da tiempo a que el relleno caliente y burbujeante se enfríe ligeramente, de modo que cada ración se mantenga unida con belleza al trasladarla a los platos. Los tentadores aromas llenarán el aire mientras esperas pacientemente a que este delicioso plato esté listo para servir.

    Servir

    Cuando la lasaña haya tenido su merecido descanso, es hora de servir generosas raciones de este clásico italiano. Utiliza un cuchillo afilado para cortar con cuidado las capas, y una espátula plana para levantar las porciones sobre los platos. La visión de las capas apiladas con el relleno sabroso de salsa de carne, la bechamel cremosa y el queso derretido y pegajoso es realmente irresistible.

    Variantes y consejos útiles

    Para una deliciosa variante vegetariana, puedes preparar una suntuosa lasaña de verduras. Sólo tienes que alternar las láminas de lasaña con un revoltijo de espinacas salteadas, calabacines en rodajas, pimientos rojos asados y salsa bechamel cremosa. También puedes incorporar tus verduras favoritas, como berenjenas, champiñones o fondos de alcachofa, para crear una lasaña vegetariana sana y colorida que seguro que gustará a vegetarianos y carnívoros por igual.

    Al servir la lasaña, ten en cuenta que puedes acompañarla con rebanadas aromáticas de pan tostado ciabatta o con una ensalada verde fresca y crujiente aderezada con una vinagreta enérgica. El contraste entre la lasaña cálida y reconfortante con los elementos vibrantes y refrescantes de la tostada de ajo y la ensalada crea una experiencia alimentaria satisfactoria y completa.

    Para aquellos a los que les guste más una opción más ligera, pueden probar a utilizar una combinación de calabacines o berenjenas cortados finamente en lugar de algunas o todas las láminas tradicionales de lasaña. Esta alternativa añade una textura delicada y encantadora al plato y es perfecta para quienes buscan una variante de lasaña con menos carbohidratos o sin gluten.

    Versión vegetariana

    Para crear una versión vegetariana de la lasaña que se te haga la boca agua, puedes sustituir la salsa de carne por un rico y sustancioso ragú de setas y lentejas. La terrosa combinación de setas salteadas, tiernas lentejas y hierbas aromáticas crea un relleno maravillosamente robusto y satisfactorio para la lasaña.